Llevabas muerta cinco días cuando me pareció verte cruzar la calle. Ibas deprisa, pero reconocería en cualquier parte aquel abrigo hecho de retales coloridos. Me quedé paralizado, como las estatuas de caballos en las plazas, ¿detenidos o al trote? Fui impulsivo…salí corriendo para que mis ojos confirmaran la realidad incierta de tu imagen esquiva…que mis manos tocaran la suavidad de tu piel convertida en mármol. Ya casi te alcanzaba. Estiré un poco mi brazo y toqué entonces tu hombro, te giraste, sonreíste y entre tus manos asiste las mías…el claxon del coche que me atropelló, sin embargo, no me permitía escuchar tu voz.
4 comentarios:
Eyyyy, que bueno el relato, me gustó mucho,incluso se podría adaptar a un pequeño corto con un off, guapo guapo...
tu crees???jajaja pues nada nos ponemos y otro corto más para este año jajaja
Enhorabuena, breve intenso, con sustancia.
Un saludo
Gracias Javier!!Por segunda vez!!!(primera en tu blog) Jeje!!!!
Un saludo
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