
Era la primavera, que lo tenía como loco sin descanso, si, eso era…cuando llegaba la estación de marzo, la alergia le aletargaba los sentidos…y pese a la sobredosis de antihistamínicos, el polen de las flores nuevas lograba hacerlo zigzaguear como una simple mosca vagabunda…incluso los Dioses tenemos debilidades-pensaba- y continuó su camino, como un niño travieso de miles de años, que se deleitaba atravesando los corazones de cuantos mortales cayeran heridos a las flechas de su carcaj.