Hice mi maleta con todas las ilusiones…con amor, con esperanza, con nervios, deseos…con todo aquello que me traía el recuerdo de una noche contigo. Me la colgué al hombro y salí por la puerta de tu habitación, sin darme cuenta de cuán pesada era.
Fue días después cuando noté que aquel fardo en mi costado me empezaba a molestar…tantos sueños dentro rozaron sobre mi piel y avivaron una herida mal curada en mi corazón.
¡Joder!- pensaba -¡siempre me pasa igual!, ¿es que no voy a aprender de mis propios errores?
He aprendido a no dejar más que el mínimo rastro, pero nadie me ha enseñado a vaciar maletas, de manera que tengo todo un armario de gigas en mi ordenador lleno de noches contigo, con otros…
Fue días después cuando noté que aquel fardo en mi costado me empezaba a molestar…tantos sueños dentro rozaron sobre mi piel y avivaron una herida mal curada en mi corazón.
¡Joder!- pensaba -¡siempre me pasa igual!, ¿es que no voy a aprender de mis propios errores?
He aprendido a no dejar más que el mínimo rastro, pero nadie me ha enseñado a vaciar maletas, de manera que tengo todo un armario de gigas en mi ordenador lleno de noches contigo, con otros…
Con las que realmente sucedieron…y con las que están aún a medio contar.