martes, 29 de diciembre de 2009

Credo.

Creo en las hadas y en sus cuentos, en princesas encantadas y sus príncipes azules, en castillos con dragones, con fantasmas y con magos.
Creo en los gnomos, los duendes, las brujas y los ogros, en los bosques embrujados y en lugares muy lejanos.
Creo en ollas y marmitas, en manzanas envenenadas y en varitas. En casas de chocolate, en baldosas amarillas y en las mil y una maravillas.
Creo en Papá Noel y más en los Reyes Magos, en el conejo de Pascua, el Ratoncito Pérez y en los finales felices donde se comen las perdices.
Creo en la magia, la fantasía y el poder de mi imaginación. En el odio, la mentira y el rencor, pero sobretodo en que siempre, al final, gana el Amor.

Por más y todo esto creo en ti,
búscame entre mis cuentos,
soy la chica que conoces,
pásate por aquí.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Noche bajo Picadilly.

No iba a morir por él…pero se derretía en sus ojos.
No iba a morir por nadie…pero le buscaba entre millones.
Y cuando él la abrazaba, aunque no fuera real, ni algo más allá que el deseo de una noche…moría.
En cada encuentro se dejaba llevar, para despertar con la dura realidad que la despedía desde una cama repleta de indiferencia.

-Bueno, me voy ya...- y se abalanzó sobre su cuerpo boca abajo y tapado por la sábana.
-¡Ay!...pues nada, adiós.
- Dame un beso- y la besó.

Abrió la puerta y entró el perro en la habitación a dar los buenos días. Y se despidieron apenas con una mirada.
Hasta la próxima-pensó ella agachando su cabeza- si la hubiera o hubiese…
Estarás entre mis deseos de año nuevo...Amor.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Mujer collage.

La retrataba a golpe de clic…su sonrisa… ¡clic!, sus manos, ¡clic!, sus ojos, ¡clic!, reteniendo cada uno de sus rasgos en la tarjeta de memoria. No anhelaba la perfección, porque ella no lo era…era perfecta en su simplicidad.
Paseaba entre anónimos buscándola a través de su objetivo. Con su cámara al hombro se deslizaba por las calles de Madrid, apreciando el mínimo detalle que adivinaba en otras. En extrañas viandantes, o en amantes de una noche que no llenaban su corazón poseso. En modelos estériles y repletas de un vacío hecho de silicona…o simplemente vacías.
En el oscuro estudio de su apartamento, sólo alumbrado por el foco rojo que colgaba apenas de un cable, iba recomponiendo el rompecabezas, a tamaño natural.
Y fue en la pared lisa del estrecho habitáculo, donde la descubrió…entre todos los retales de vidas desconocidas, compuso a su mujer ideal, a imagen y semejanza de sus deseos.
Y cuando intentó amarla, acariciarla, sentirla, aceptando su ilógico razonamiento…solo entonces, enloqueció.

martes, 1 de diciembre de 2009

Deseo...

No te equivoques, te deseo lo mejor en tu camino. Te deseo una vida llena de logros y felicidad.
Deseo que encuentres a la persona perfecta para ti, que anheles y ames tanto como hice yo…porque todos lo merecemos, porque yo seguiré esperando…
Aún no es mi momento, supongo, pero soy quien quiero ser, y cada día me descubro en nuevas cosas. Soy toda una sorpresa.
Mi camino se hizo de prados y flores, pero hay que decir que en ellos hay algunas piedras que voy superando…los atascos, en ocasiones, duran meses, pero mi constancia es firme.
Pienso en ti, en otros, en muchos…todos han dejado algo, pero lo hago con sonrisas, pensando en las partes bonitas.

Así que, Queridos Reyes Magos:
Después de todos estos buenos propósitos al prójimo, de explicar lo buena que soy y he sido, de cómo me voy superando… ¡joder!, estiraos un poco para el próximo año.

Sin más, vuestra “sincera” chica.

PD: Lo de "los otros" no me refería a Papá Noel…soy fiel a vuestras majestades.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Jugar a las casitas.

Llegué con tiempo a la cita con mi médico. De nuevo las amígdalas me estaban jugando una mala pasada… ¡Diossss, prácticamente empezando el curso!, no me lo podía creer.
Me senté a esperar que me llamaran y, mientras, me entretenía con los pacientes.
Confieso que tengo esa manía, con muchas cosas realmente, observar y hacerme preguntas al respecto o ponerme en situación…una especie de método Stanislavski que después me ayuda mucho en mis historias. Y le tocó, esta vez, a una madre joven justo en frente de mí.
Guapa, maquillada, vestida a la moda, con unos botines preciosos (mi debilidad: los zapatos)…en fin, como yo suelo comentar, perfectamente fashion y glamurosa…para rematar, un carrito de bebé. (¡Uff que fuerte!) Mimaba y acunaba cariñosamente a su niña. La miraba con dulzura, intentando con el arrullo, tranquilizarla y dormirla.
Esa chica tenía mi edad prácticamente, y no es que esté en contra de la maternidad, simplemente aún me choca…nunca voy a estar preparada, lo sé. Pero le tocó a mi parte imaginativa empezar a desarrollar su historia.
Y me veía en el papel…allí, tal cual, acunando a mi niña. ¿Cómo hubiera sido mi vida entonces?...ciertamente, solo puedo imaginarlo.
Salí de mi ensoñación cuando el Doctor me invitó a pasar, y mientras entraba, pensaba que de pequeña, me encantaba jugar a las casitas con la Barbie, pero sobre todas las cosas, lo que más me gustaba, eran las mil situaciones que “vivía” enamorando al Ken.
No tengo remedio.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Estamos hechos de encuentros.

Estamos hechos de encuentros casuales, fortuitos que tropiezan con nuestro deseo para convertimos en besos, caricias, abrazos…y despedidas…largas despedidas.
Siempre dispuestos, cercanos…y es que sabes como acercarte, intimidarme e intimarme.
Las noches se tornan tsunamis de saliva y sudor…los días de sueño y descanso para marcharnos y olvidarnos. Hacia el próximo encuentro…si lo hubiera o hubiese.
- Vente conmigo mujer…
- Ahora no puedo…tengo que irme.
- Sabes que tengo ganas de estar contigo…
- Yo también.
-¿Entonces?...
- Pues que la noche nos ha encontrado pero nosotros no.

martes, 3 de noviembre de 2009

Tocada y hundida.

No puedo ni con mi alma…la llevo arrastrando desde hace un tiempo, y la pobre va recogiendo todo lo que encuentra por el asfalto caliente y duro.
Se está fundiendo con mi sombra, y ya casi no se distingue una de otra. Oscura, mímica y sin personalidad.
Nada a duras penas, y sólo espera a que alguien acierte la coordenada perfecta que la hunda por completo…y es que la pobre, está cansada de bracear.
En este juego del corazón mi alma va perdiendo…
- C, 7
- Uff, agua.

lunes, 19 de octubre de 2009

Mercurio: experiencias de una marciana (II)

Mercurio es un planeta excepcional. Es bello contemplar sus dos amaneceres acurrucada junto a la persona amada…y el Sol, en ningún planeta tan cerca…tan presente.
La experiencia fue larga (casi diez años terrícolas). Pese a poseer una atmósfera de temperaturas extremas, sus habitantes se caracterizan, principalmente, por la frialdad.
Habitan en los cráteres más profundos del planeta, creados por el acoso de meteoritos durante siglos, y donde el calor diurno prácticamente no llega. Son zonas heladas, donde los mercurianos han construido toda una civilización en desarrollo.
Los mercurianos enamoran físicamente. Son fuertes, de carácter seguro, centrado y serio. Tienen sin embargo, una carencia enorme, y es, como he indicado, su frialdad.
Son seres abiertos al amor, no lo niegan, pero su manera de demostrarlo es nula. Una no sabe prácticamente qué es lo que siente un mercuriano…y llegas entonces, a acostumbrarte, a una vida en la que el cariño, la atención o el romanticismo son casi inexistentes. La desatención no es intencionada, simplemente son así.
Los marcianos somos seres volátiles, sensibles, cercanos, románticos sobre todas las cosas…por ello que nuestra curiosidad en este planeta se alargara en el tiempo…era tan increíble encontrar en el universo nuestra antítesis, que mereció el estudio, la experiencia.
Es cierto ese dicho terrícola que indica que “los polos opuestos se atraen”…a esta marciana le costó mucho separarse del polo negativo…pero debía seguir mi camino en el espacio.
Seguiré informando.

sábado, 10 de octubre de 2009

Saturno: experiencias de una marciana.

He viajado en el tiempo y el espacio. He conocido cientos de seres y razas en este universo que compartimos. Así que para contaros un poco más de mí, comienzo por mi experiencia en Saturno.
Nuestro procedimiento no tiene nada de especial. Realmente lo que hacemos es introducirnos en un planeta y asimilar fácilmente sus costumbres mediante la observación efectuada, previamente, sobre el terreno.
Los marcianos tenemos una ventaja orgánica para desarrollar todo este trabajo, y no es otra que nuestra condición mutagénica. Esto quiere decir que podemos adoptar formas y entidades a gusto. De ahí que sea tan fácil nuestro estudio y adaptación.
Saturno fue toda una experiencia que minó por completo mi estado anímico y tuve una recuperación larga antes de aceptar otra misión.
¿La culpa?...solo mía, y es que me fui a enamorar perdidamente de un saturnino…si, ya lo se…”errare marcianum est”…también.
Los saturninos son unos seres sociables, bellos, artistas…pero emocionalmente padecen una tara que no les permite manifestar, o hablar con libertad de sus sentimientos, por lo que se sienten, ante la frustración, atacados por el que los ama.
No asimilan el amor, si en cambio, conocen el concepto, del que se vanaglorian de sufrir constantemente como verdaderos platónicos. Padecen una especie de interés afectivo que se llega a confundir, si no se hace un buen ejercicio introspectivo de la raza, con sentimientos. Con esto me refiero a que se aprovechan de las situaciones en su beneficio, sin tener en cuenta el padecer del otro.
No fue una buena experiencia…pero mi informe fue profesional y totalmente objetivo, pues analicé la situación en todas sus dimensiones, y así, fui capaz de olvidar…
Afortunadamente vivo en la actualidad, como sabéis, la experiencia terrícola…hay tanta diferencia entre los mundos…tanta diversidad entre sus seres…
Seguiré informando.

sábado, 3 de octubre de 2009

Sentidos marcianos.

Debí agudizar mis sentidos marcianos, pero supongo que con toda esta experiencia, han quedado dormidos o aletargados en alguna parte de este cerebro terrícola. Si bien es cierto, que otros han sido totalmente anulados…en fin, que todo esto me ha llevado de nuevo a tener una situación para llevar al análisis...

Hace tres días:

- ¿Entonces a qué hora quedamos para el cine?
- … (silencio) Te iba a llamar esta mañana y después me acordé a medio día…total, que al ver tu mensaje pues…la cosa es que me tuve que desplazar hasta la casa de mis padres a ayudar con una obra que están haciendo y se me pasó avisarte…no puedo quedar.
- … (mi silencio) ¿en serio?...bueno…pues nada…
- Te llamo ¿vale?
- Si vale, adiós.
- Chao.

¡Qué raza tan complicada!, ¡joder!...con lo fácil que es la comunicación telepática en Marte… ¡la de disgustos que nos ahorramos!…

sábado, 26 de septiembre de 2009

Marciana en prácticas.

Y allí nos encontramos tras una noche de jarras de cerveza…estaba claro que no era la mejor forma de llevar a cabo una cita, pero me lo estaba pasando tan bien con todas aquellas circunstancias, momentos, pensamientos y experiencias nuevas…que el tiempo pasó rápidamente entre conversaciones amigas.
Apareció entre el gentío del final de una noche perfecta, que se convirtió en ideal sólo con un beso. La espera mereció la pena.
Es imposible, incluso para una marciana analítica y docta en el estudio de otros planetas, la descripción de todas las sensaciones que se suceden ante la experiencia terrícola.
Deseo, ansia, espera, ilusión, ensimismamiento, ensoñación, alegría, tristeza, inseguridad, nostalgia, risas, lágrimas, vigilia, sueños, amor, odio…y esto sólo por citar algunas…
¿Cómo es posible que no exploten los terrícolas ante tanta confusión cerebral emocional?
Está claro que tengo que seguir investigando.
Enviaré informe y daré parte de la prórroga de mi estancia.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Trabajadora, seria, optimista e hipotecada.

Estaba nerviosa…era la segunda entrevista en cuatro meses y quería que saliera bien.
Cuando por fin la llamaron, notaba como las manos le temblaban…debería controlarse un poco, pero la necesidad era más grande…
Tras una lectura de su currículo, pasaron a las preguntas “chorra” acerca de su personalidad…
- Defínase en cuatro palabras…
Ya empezamos…-pensó ella. Estaba cansada de preguntas sin sentido. ¿Qué esperaban?: ¿soy una gran trabajadora, psicópata, reprimida e inestable?... ¡joder!
Así que, pensándolo un poco, contestó…
- Trabajadora, seria, optimista e hipotecada.
- ¿Perdón?-dijo el entrevistador-No creo que hipotecada sea un rasgo de su personalidad…más bien de su estado económico, o de su bolsillo, de su cartera…- Menudo psicólogo inteligente. Le sobraba dinero y trabajo.
- Si Ud. lo cree así…pero si me hubiera hecho la misma pregunta hace nueve meses, cuando aún el euribor y el tipo de interés, no habían bajado…no sé qué le hubiera contestado acerca de mi personalidad.
Salió de allí sin saber si el puesto iba a ser suyo…pero con una satisfacción incuestionable.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Desde Troya con...impaciencia.

Y llegó a Troya.
Y allí le esperaba yo medio alcoholizada (y es que algo tenía que hacer mientras esperaba). De todas formas, este estado cambió radicalmente al de nerviosismo cuando le vi pasar, con su sonrisa de Jocker, la puerta.
Estuvimos hablando hasta que Troya cerró, pero justo en la marcha, conocimos a unos piratas brasileños que nos invitaron a una copa… ¡desde qué no bebía Caipirinha!...y seguimos hablando. Algunas miradas se cruzaban en nuestro camino…de esas que te hacen cosquillas en el estómago…experiencias terrícolas nuevas para mí, y que me hacían sentir aún más nerviosa, si cabe.
Los piratas también clausuraron la noche, por lo que nosotros también decidimos finalizarla.
Le alcancé con mi vehículo marciano camuflado (es decir, mi máquina del tiempo prestada) hasta el suyo…y seguimos hablando hasta tarde.
Cansados de tanta charla decidió marcharse…y se despidió con la promesa de una próxima cita. No hubo beso.
Voy a tener que posponer mi vuelta a Marte…estudiar más sobre el ritual de conquista terrícola, y calmar esta impaciencia que me golpeó con dos besos en la mejilla…

sábado, 5 de septiembre de 2009

Llamada interestelar.

- Hola, no te lo vas a creer…estoy esperando a la grúa. El coche se me acaba de estropear.
- ¿En serio?...bueno… ¿quieres que baje y te ayude en algo?
- No tranquila, gracias. Ya llamé a la grúa y tiene que estar al llegar.
- Bueno…pues que no sea grave. Otro día quedamos entonces…
- Si ya te llamo.
¡No me lo podía creer!...había hecho un viaje interestelar para que me dejara colgada en el último momento. Si es que yo lo sabía… ¡joder!, si no te apetecía haber avisado y no hubiera venido…menos mal que había quedado con unas amigas terrícolas, que si no estaría sola esperando por un chico que no iba a aparecer.
Seguimos bebiendo cerveza en Troya…Paris y Elena eran felices en esta versión de la historia y Héctor me tiraba los tejos…suena el teléfono.
- ¿Aún estás por ahí?
- Si…claro…pero, ¿y el coche?...
- Nada era una tontería y lo pude arreglar. Espérame y nos vemos ¿vale?
- Si, si claro…estoy acompañada y aún no me había ido. Te espero.
Me tuve que tragar mis pensamientos mal intencionados...hay que tener más confianza…pero es lo que tiene ser de otro planeta. Hay tanto por descubrir…

martes, 25 de agosto de 2009

Química en el cuerpo.

Salí de trabajar a las 11 de la noche y cuando llegué a casa lo primero que hice fue tomarme la temperatura… ¡lo que me temía!...tenía 38,5º Nada más llegar de mis vacaciones y lo que me da es una gripe como una casa. Una ironía convertida en realidad.
Al día siguiente me fui directa al médico (por el que estuve esperando media hora más de mi cita previa) que me atendió asintiendo a mis explicaciones y completando toda una lista de medicamentos:
- Este cada 8 horas, este cada 12 y este cada 24...
- ¿Perdón me puede repetir?- le dije medio perdida, medio atontada por la dichosa gripe-con cara de ¿no me explico bien?, me repitió el procedimiento a seguir con todos aquellos remedios.
- ¿Entonces no es nada grave, no Doctor?
- No se preocupe no tiene Gripe A- contundente.
Tras pasar por la farmacia, llegué a casa y vacié el contenido de la compra…entre pastillas, sobres y jarabes pensé…no tendré la Gripe A, pero de esta, con toda esta química me vuelvo radiactiva.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Esperando una llamada en Marte.

Cruzamos el mar dejando atrás Barcelona que partía en un par de días rumbo al Sur. Nosotras, sin embargo, continuamos al frente, no había combustible para otros parajes.
Aparcamos en un lugar donde las estrellas casi tocan el suelo…era como estar en casa.
Se celebraba una gran fiesta en aquel pueblo cerca del cielo, por lo que durante dos días participamos de ella (con los descansos pertinentes), imbuyéndonos de todo lo que nos rodeaba y así dejar constancia en el diario de nuestro recorrido terrestre.
Los días pasaron rápidamente, casi sin darnos cuenta teníamos que retornar al punto inicial…además la máquina del tiempo estaba exigiendo una puesta a punto…siempre se podía volver…y con más ganas, puesto que conocí a un chico al que dejé mi número de teléfono…sin embargo, ahora que caigo…¿habrá cobertura suficiente en Marte?

martes, 11 de agosto de 2009

Vacaciones en La Tierra.

Aquella noche huíamos.
Nos pisaban los talones dos acoplados que ahuyentaban cualquier forma posible de socialización. Dos personajes tristes traídos de otro mundo, desconocidos y a su vez familiares…no nos convenían ciertas compañías. No esa noche.
Y de aquella isla, despegamos hacia el norte. Aterrizamos en Barcelona y nos refugiamos entre sus palabras, a través de sus ojos y en los gin-tonic…el Sol hizo el resto con un pareo por toalla.
El día llegó a su fin con más color del que llevábamos, con conversaciones compatibles (no como Bombo Infierno) y una llamada hacia las estrellas…o más cerca, porque la nave del tiempo es lo que tiene…puedes repetir siempre que quieras.
Tengo que recordar pedirle una a los Reyes...es que Papá Noel no hace escala en Marte.

martes, 4 de agosto de 2009

En La Ilusión.

Recorríamos las calles de aquel pueblo buscando con indicaciones poco concisas una fiesta. Llamábamos constantemente al teléfono de mi hermana, pero por más vueltas que dábamos no encontrábamos la dirección correcta.
Entre risas y números, dimos con el bar La Ilusión. Ese era su nombre.
Con un luminoso a medio encender, se situaba en un callejón escaso de aparcamientos. Los coches se apelotonaban unos contra otros, sin ningún tipo de orden (una grúa municipal hubiera hecho un buen día) y parecía que todo el mundo, esa noche, celebrara en aquel lugar.
Así que pasamos de la dichosa juerga perdida en el confín de algún edificio construido en una calle sin nombre, y pedimos una copa en La Ilusión.
Tras la primera degustación a mi cerveza, comprendí lo del nombre…y allí mismo, esperamos al amanecer.

lunes, 27 de julio de 2009

Mis maletas de una noche.

Hice mi maleta con todas las ilusiones…con amor, con esperanza, con nervios, deseos…con todo aquello que me traía el recuerdo de una noche contigo. Me la colgué al hombro y salí por la puerta de tu habitación, sin darme cuenta de cuán pesada era.
Fue días después cuando noté que aquel fardo en mi costado me empezaba a molestar…tantos sueños dentro rozaron sobre mi piel y avivaron una herida mal curada en mi corazón.
¡Joder!- pensaba -¡siempre me pasa igual!, ¿es que no voy a aprender de mis propios errores?
He aprendido a no dejar más que el mínimo rastro, pero nadie me ha enseñado a vaciar maletas, de manera que tengo todo un armario de gigas en mi ordenador lleno de noches contigo, con otros…
Con las que realmente sucedieron…y con las que están aún a medio contar.

lunes, 20 de julio de 2009

Te debía un cuento.



Érase una vez el árbol Garoé que deseoso de nuevas experiencias abrió sus ramas, expandió sus hojas y fue a conocer lo que se extendía más allá de la tierra en la que se enraizaba. Y quiso el destino que encontrara en una de sus andanzas a una violeta del Teide, libre, como él, pero enamoradiza. Pese a las diferencias obvias, cedieron ante el deseo y como una cometa de cumpleaños, su historia iba y venía. En ocasiones volando, en otras cayendo.
No estaban hechos para estar juntos y los endemismos mandaron. Cada uno tuvo que volver al origen. Se separaron.
Pero la violeta es perenne y no olvida, tiene buena memoria, así que muchas noches sonríe recordando como el Garoé la sorprendía en sueños y mira al cielo y a las estrellas…y mecida
por el Alisio, le escribió este cuento.

lunes, 13 de julio de 2009

Lo que ella siente.

Perdió una parte muy importante en aquella hermosa ciudad. Perdió la capacidad para volver a amar como en aquel momento…

Fue en una habitación donde el techo es una chapa ruidosa cuando llueve. El baño no es completo y se conforma como un cubo encajado en el espacio. Donde una de las ventanas de madera no cierra bien, y en Noviembre entra una pequeña corriente fría que te hiela poco a poco, y cuya vista, se limita al muro del edificio de la que forma parte.
Su amor reside en una habitación de cinco camas desvencijadas ya por el devenir de ocupantes.
Sólo una de ellas es diferente…en ella se concentra y guarda…allí está perdido sin poder salir…quizá escondido, temeroso bajo el colchón, esperando que alguien se de cuenta de su presencia…o simplemente durmiendo refugiado, anhelando volver a despertar y regresar.
Lo extraña…ha notado su ausencia desde que tuvo que dejar la habitación por última vez…desearía poder regresar, pero aquella ciudad… queda muy lejos.

Londres.
La tenía embrujada. Era como si perteneciera a ella desde siempre y su vida estuviera construida con sus museos, sus calles, su esnobismo, su variedad y su idioma...
Y allí vino a nacer…sobre el hielo…cuando en una especie de pensamiento conjunto danzaron sobre una pista temporal…
Cuando atentamente reforzó sus tobillos ingenuos y le preguntó por la casualidad…cuando fuertemente la cogió de la mano para no caer…cuando dulcemente la abrazó desde atrás para sentirla…cuando ella supo que ya no había remedio para su emoción…
-¡Hola!, si, soy la Ilusión que creías perdida…y vengo acompañada de un amigo…
Amor…
Que quedó encerrado en aquella habitación, en aquellas sábanas, en aquella cama, en aquel colchón…o quizá debajo...allí se escondió…

martes, 7 de julio de 2009

Mi mundo al sèver.

En el mundo al revés estarías conmigo, no
lejos,
ni a p a r t e, sino a mi lado. Cerquitademí, rozando mis labios.
No te habría despedido sin más, sin esperar nada…me habrías pedido que, por favor, me quedara hasta la mañana.
Llegaría la tarde, en mi mundo al revés (del que tú formas parte) abrazada a tu pecho, sin querer despegarte.
En mi mundo al revés los besos en la frente acabarían en mi boca, en mi lengua, en mis papilas…te degustaría…y este final, siempre lo sabría…
Las despedidas no existen en este mundo cambiado, no hay dolor cuando no es deseado.
Las distancias son cortas.
El cielo siempre azul.
El amor es recíproco.
La ilusión es palpable.
Los deseos son órdenes.
El aburrimiento impensable.
El respeto es innato.
La vergüenza un color.
Las tardes de risa.
Las noches de AMOR
Mi mundo al revés es un mundo ideal donde YO no estoy sola…sino que …siempre estás.

lunes, 29 de junio de 2009

Beso en la frente.

- No me cojas así la mano mujer…- me pidió a modo de súplica.
- ¿Por qué?, ¿no te gusta?- y me sonrió.- ¿Dónde has estado que te he buscado y no te he encontrado?- pregunté mientras me miraba con esos ojos que me estremecen, que leen mi pensamiento.
Si, lo sabe. Sabe que mi corazón palpita más acelerado a su lado, que me muero por rozar sus labios, que no me importaría volver a
c
a
e
r…
pero espero, no actúo. No estamos solos.
Y me besa…acerca mi frente a sus labios tiernos, en ese gesto infantil que indica…lo se, lo sabemos…no es el momento…pero no te preocupes, yo también espero.

lunes, 22 de junio de 2009

Declaración infantil.

No sabía que aquel culo era un corazón dibujado en su honor. Ni que aquella marca era un beso pintado con rotulador rojo. No supo descifrar aquella infantil caligrafía y por supuesto, desconocía, de quien era aquella nota dejada en su taquilla. Pese a tantos interrogantes la conservó. De algún modo supuso que tenía importancia para alguien.
Y ahora, después de varios años, se enfrentaba a Virginia, la hermana de su amigo, que convertida en una preciosidad, reprochaba su desatención ante aquella declaración de AMOR.
Con una sonrisa en su cara, Augusto abrió su vieja carpeta forrada de fotos deportivas. La nota, estaba esperando a su dueña.

domingo, 14 de junio de 2009

Si no estás.

Cuando cerraste la puerta del coche aquella noche, escapando...quedó el dolor, nunca rencor. Quedó algo vago en el ambiente pequeño y asfixiante que sólo yo pude respirar. Y que aún hoy cuando conduzco, se siente.
Me quedé sin ti, sola...deseándote lo mejor en el camino y sobretodo...deseando que el destino te trajera de alguna forma... mis formas están llenas de esperanzas...de todas las posibles.
¿Por qué tirar la tuya fuera de mi coche?...tu silueta sigue ahí, la veo cuando miro a un lado buscando ese algo insustancial que me pellizca. Te veo durante el camino que me aleja y en el que está por hacer...y mientras no estás canto canciones de amor, gritando como una loca para que desde la distancia…te llegue mi estribillo, aunque sea muy bajito…

Ojala pudiese odiarte, ojala fuera más fácil olvidarte,
ojala que tengas suerte, ojala no duela tanto no verte
y los días me hagan mucho más fuerte.
Ojala que tengas suerte, ojala no duela tanto no verte
y los días pasan lentos.

martes, 9 de junio de 2009

Una sonrisa por favor.

Había conseguido un trabajo por unos días en un centro comercial como promotora de vinos y quesos isleños. Uno de esos puestos en los que se ofrece al cliente una pequeña cata del producto, y la gente pasa a tu lado como si fueras invisible, o se lo lleva todo sin ningún tipo de reparo…
Era un trabajo aburrido, cansino y monótono…el primer día, además, llegué a casa semilisiada, pues mi calzado no fue el apropiado y el dolor de pies quiso hacerse amigo mío…
- ¡Lo pagan bien!– pensaba en todo momento, y no era broma, pese a lo absurdo del puesto, no estaba mal remunerado.
Como cuento, allí me encontraba yo una de esas mañanas de entre semana, en las que el supermercado no estaba nada concurrido, cuando lo vi mirándome desde el puesto de frutos secos…era un hombre delgado, alto y desgarbado, con una mirada nerviosa y un algo incoherente que más tarde tendría su explicación.
Se presentó cogiendo mi mano, así, de buenas a primeras. Me saludó y me solicitó que sonriera. Yo ante la confusión hice lo propio y a continuación le pregunté si estaba interesado en alguno de los productos que estaba promocionando (sin soltarme la mano) y volví a sonreír esperando contestación (seguía sin soltarme la mano). No hubo contestación. Se limitaba a mirarme como perdido (sin soltar mi mano).
Se acercó justo una compañera que iba a cubrir mi descanso, y el individuo automáticamente, cogió también su mano (sin soltar la mía) y le pidió que sonriera…mi compañera se giró hacia mí confusa, pero sonriente.
La situación era algo ridícula, pues allí estábamos las dos cogidas de la mano de un extraño que nos sonreía y alababa nuestra disposición. Ya incómoda, le pedí que me soltara la mano y como si no hubiera abierto la boca, siguió colgado a ella. Dejé entonces de sonreír y me solté de una manera incómoda y brusca. Mi compañera hizo lo mismo.
Y allí estábamos las dos plantadas delante de aquel loco de las sonrisas que alababa nuestros dientes y nuestra piel suave. ¡Era surrealista!
Quiso la suerte que en aquel momento pasara por allí una de las supervisoras, que nada más vernos, me llamó aparte:
- Mira Virginia, es un cliente enfermo. Por lo que sabemos padece una esquizofrenia y viene por aquí de vez en cuando, pues…así como ves…pidiendo sonrisas. No hemos tenido ningún problema con él la verdad…y lo único incómodo pues es su forma de actuar.
Miré entonces hacia mi compañera, que ya estaba sola, pero que dirigía su mirada curiosa hacia la compañera de los frutos secos. El susodicho se encontraba ya agarrado a su mano.
- Sonríe por favor...- escuché como le pedía. Y ella sonrió.
Llegué a la conclusión de que cada uno viene a abastecerse a un supermercado de cualquier cosa. Lo que no tienen en casa para vivir… algunos lo encuentran en un centro comercial.

lunes, 1 de junio de 2009

Emma (y Roberto).

Comparte piso en la zona centro de la ciudad con una amiga desde hace años. Eligió el centro pese a lo costoso de los alquileres, pero compartiendo se hacía más llevadero el arrendamiento. Esto le permitía salir a dar largos paseos por las calles más concurridas…parques, zonas comerciales y edificaciones…
Le encantaba ir de compras, aunque solo fuera a por el periódico los domingos. Vivir y envolverse entre la gente que la rodeaba eran un pasatiempo al que no renunciaba. Vestirse, probarse y coquetear con la moda una ilusión diaria.
Trabajaba a la vez que se sacaba sus estudios de arquitectura, aunque realmente de lo que disfrutaba era del proceso creativo, por lo que se estaba planteando comenzar en la Facultad de Bellas Artes y abandonar la arquitectura…al menos sus estudios, que prácticamente no podía compatibilizar con su jornada laboral.
Era secretaria en un estudio de arquitectura. Fue un chollo conseguir aquel trabajo, gracias a un familiar, a un favor pendiente y a sus mínimos escarceos con la mecanografía.
Luján y Suárez eran los arquitectos “semioficiales” de la ciudad. Consiguieron su riqueza gracias a buenos proyectos y a muchos conocidos entre la concejalía de urbanismo. Contrataron a Emma casi desde el comienzo y se había ganado a pulso su puesto. En ocasiones, incluso, aportando innovadoras ideas. Tenía talento, de eso no cabía duda.
Conoció a Roberto cuando este comenzó a trabajar para su padre (Pedro Luján). La atracción que sintió por él desde el principio, tuvo que ser reprimida, ya que se trataba del hijo de su jefe…pero ante el interés de este, y su constancia e insistencia en ella, tuvo que dar rienda suelta a las emociones.
Mantuvieron una relación estable, como cualquier otra pareja con altibajos, pero nunca carente de cariño y emoción. Mientras que Emma era la parte vital y soñadora, Roberto era más centrado y pasivo…pero a ambos les encantaba dejarse llevar a la aventura.
Nunca decidieron dar el paso de la convivencia, creían en la individualidad de cada uno…si bien es cierto que podían pasar interminables noches y días juntos en cuatro paredes.
Trabajar juntos nunca supuso un problema para ninguno, pues cada cual supo mantenerse en su labor, para centrarse mejor en su vida conjunta. Se complementaban perfectamente.
La vida les iba bien, hasta que Emma empezó a fatigarse con asiduidad. Subir las escaleras del tercer piso, sin ascensor, de las oficinas, empezó a resultar poco menos que una maratón de 100m lisos.
La genética es lo que tiene…y al igual que su padre tenía un corazón débil. Tras varios estudios, pruebas y demás visitas hospitalarias, se llegó a la conclusión de que lo más efectivo era un transplante que nunca llegó.
La monotonía de la vida en un hospital y un donante que nunca apareció, apagaron el corazón de Emma. Tras varios días resistiendo lo inevitable se despidió del amor y la familia en una tarde de verano.

viernes, 29 de mayo de 2009

Roberto (y Emma).

Terminó sus estudios de arquitectura en Inglaterra (Londres), donde residió durante casi 8 años. Durante esa época tuvo varias relaciones que nunca fraguaron. Disfrutaba de las mujeres y del amor, pero el compromiso y fidelidad nunca estuvieron entre sus ideas, hasta que conoció a Emma.
Su padre (Pedro Luján), costeó por completo sus estudios, pero pese a ello, trabajaba algunos fines de semana en un starbucks cerca de Picadilly Circus, para disponer de sus caprichos.
Compartía piso con Paul, estudiante de Historia y al que estaba muy unido desde su llegada a la ciudad.
Tuvo una infancia feliz y disciplinada, su padre le inculcó desde pequeño el amor por la arquitectura. Recordaba de la niñez las tardes compartidas junto a las maquetas que su padre creaba y con las que jugaban a imaginar vidas.
Le costó mucho dejar aquella ciudad donde prácticamente había crecido su carácter, pero la oportunidad que el estudio de su padre le brindaba para poder llevar a cabo sus proyectos, era imposible de despreciar.
Conoció a Emma en su primer día de trabajo en Luján y Suárez. Atraído inexplicablemente por ella, supo desde el primer momento que la deseaba, y sus rechazos no fueron impedimento. No era un hombre caprichoso, pero si le gustaba una mujer, sabía como ganársela.
Las excusas de Emma cayeron rápidamente en el vacío e incluso su padre, jefe de ambos, no puso oposición.
Los sueños de Emma despertaban en Roberto su parte inconsciente que mantenía más dormida. Él se caracterizaba sobretodo por una personalidad pasiva, centrada y en algunos aspectos más realista. Por ello, se compatibilizaban. Emma le hacía soñar.
Nunca quiso dar el paso del compromiso…o más bien de la vida en común, porque se daba cuenta que eso mataría lo que compartían…lo cual no quitaba “vivir” con ella en ocasiones, separados del mundo. Siempre pensó que sus sentimientos eran más fuertes que los de ella, aunque nunca tuvo oportunidad de confirmarlo. Él la necesitaba más y no le importaba aceptarlo.
Trabajar juntos nunca supuso un problema para ninguno, pues cada cual supo mantenerse en su labor, para centrarse mejor en su vida conjunta.
La vida les iba bien, hasta que Emma empezó a fatigarse con asiduidad. Fue un golpe duro aceptar que se iba apagando y que nada podía hacer para evitarlo. Se mantuvo firme a su lado hasta el último momento. Aquel día de verano supuso la caída en el vacío. No aceptó la despedida, no aceptó la soledad…así que verla caminar por la calle aquella tarde, hizo que su débil salud mental ante la pérdida, se despidiera de la completa realidad.

martes, 26 de mayo de 2009

Debajo de mi cama.

Vive debajo de mi cama, entre el suelo y el cabecero. Desde esa zona puede controlar perfectamente mis sueños…alimento de su existencia. Reposa su cuerpo oscuro sobre el polvo y la pelusa que se acumula, y los ácaros son sus compañeros.
Es un huésped silencioso, que se mueve entre las zonas carentes de luz, provocando al inconsciente para que exponga sus peores sueños, transformándolos en pesadillas.
En ocasiones puedo sentirlo, palpitante debajo de mi cama, y yo despierto entre sudor y gritos… (Qué pensaran los vecinos), a veces de pie, buscando entre la oscuridad. Otras, atino a encender la luz, y me encuentro escudriñando las esquinas de mis sábanas. El terror es irracional, y me doy cuenta en cuanto despierto de ese estado de posesión breve, pero intenso y totalmente vívido.
Hace un par de noches salió de nuevo de su escondrijo…para observarme mientras dormía, y abrí los ojos. Me lo encontré cara a cara. Y grité…desapareció...¿desperté?

martes, 19 de mayo de 2009

A corazón abierto (II)

- Te he echado de menos.
- ¿Y qué quieres que te conteste?, ¿Que yo también?
- No lo sé…
- ¿Qué vas a saber?, sólo conoces tu dolor, y ese dolor te dice que yo no estoy para curarte, para escucharte y mimarte, para darte consuelo en la pena…no oyes nada más que tu propio ego, y es tan grande que no das a mirar más allá de tu ombligo.
- No seas tan dura…he venido para pedir perdón…-su perro nos miraba como en un partido de tenis.
- ¿Y de qué me sirve ahora tu perdón?...después de las lágrimas, de las noches a solas, de esperar y no obtener, de amar, incluso, sin esperar, y no ver más que tu abandono…y ahora que empiezo a ver luz, cuando comienzo a olvidarte y seguir mi camino, apareces en mi portal… ¡diciendo que me extrañas!, ¿qué pasa con lo que yo he decidido?...
- ¿Qué has decidido?
- Seguir…simplemente.
- ¿Y yo no estoy en ese camino?
- No cabes…eres demasiado grande, y mi corazón ha encogido de tanto amarte.
- No me lo creo- callé. Yo tampoco me lo creía. El perro apoyó su pata en mi pierna, como pidiendo perdón también. Y caí. A corazón abierto.

Mis párpados se cerraron y dejaron las lágrimas resbalar. Cayeron.
Mi cabeza unió su barbilla con mi pecho, y mis hombros se encogieron hacia el interior de mi corazón.
Mi cintura se dobló por la mitad y mis rodillas no pudieron aguantar el peso…cayeron, y besaron el suelo.
Y lo único que se levantó fue mi mano para acariciar a aquel perro que había desarmado toda mi artillería cargada de rencor.

Él se arrodilló a mi lado, me miró y nos besamos.
El perro pirueteaba alrededor y no paraba de ladrar.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Con el corazón abierto.

Tu número ya forma parte de todos los teléfonos perdidos en la memoria de mi móvil. De esos que deseas marcar, o rellamar con toda el alma, pero que en el último momento, con el dedo encima del botón, no te atreves. También pasa con los mensajes. Tengo miles acumulados esperando en la bandeja de salida. Nunca te llegarán ya.
Tampoco yo recibiré tus llamadas de madrugada, esas en las que me necesitabas y yo salía contenta a tu encuentro. Y me esperabas con tu perro en la entrada del portal,que nos miraba moviendo la cola, mientras nos abrazábamos y besábamos.
Supongo que siempre esperaré que algún día aparezcas en el mío. Esperaré tu llamada o un mensaje…y aunque nos encontremos por la calle paseando, no será lo mismo, no existirá ese ánimo de reencuentro. Habrá besos, abrazos, saludos…cordiales. Y el deseo pululará alrededor.

Terminó la última frase, y cogió el cigarrillo que estaba muriendo en el cenicero. Pegó una calada y expulsó el humo a través de su nariz. Entrecerró los ojos para que no le molestara y para concentrarse en el texto recién escrito…con el corazón abierto-pensó- y sonó el móvil. Exactamente se encendió su teclado lumínico, vibró y sonó aquel tono que tanto le gustaba.

El mensaje: T he echado d menos. Toy en la puerta d tu portal, m abres?
Y escuchó al perro ladrar.

miércoles, 6 de mayo de 2009

La carta.

Hoy recibí una carta. Me cayó desde el cielo. La vi venir de repente cuando miraba embelesada la forma de las nubes. Al principio me extrañó… ¿qué es eso?, ¿es superman?, ¿es un avión?... ¡Plof!, y entonces contra mi frente se estampó.
La verdad que el hecho fue bastante curioso, así que por supuesto, abrí el sobre en blanco…carecía de remitente.
La carta estaba plegada en tres, y al abrir las dos hojas, de su interior, una mariposa de vivos colores escapó volando, dejando un rastro multicolor a su paso…como un arco iris.
Procedí a leer la extraña y corta misiva, pues no la completaba más que dos escuetas frases, y que sorprendentemente iba dirigida a mí. Rezaba así:

Querida Isabel:
Dios no te olvida.

Guardé el sobre en el bolsillo de mi pantalón y me dirigí a casa meditando sobre la misma. Cuando llegué, me senté frente al escritorio, saqué la carta de mi bolsillo y en su revés escribí:

Querido Dios:
El diablo tampoco. Es más se te ha adelantado cada mes con las cartas del banco y su hipoteca, con las del teléfono, la de las tarjetas, la luz, el agua…en fin, gracias Dios, pero llegas tarde.
Cogí la carta, la guardé en su sobre y la envié, junto con el montón de facturas…a la basura.

viernes, 1 de mayo de 2009

Juan sin miedo y Yo.

Juan sin miedo tenía un miedo que se llamaba Yo.
Juan era guapo, inteligente y decidido, pero ante los sentimientos de Yo parecía un impedido.
-No te quiero.
-No te temo.
-No contesto.
-NO.

Yo no era un miedo difícil de tratar, es más, a veces, incluso, salían a jugar. Sólo a veces, cuando Yo no se enfrentaba a Juan:
- Juan no tengas miedo…puedes contestar…con un No me basta, No me voy a molestar. Es peor esta agonía, con la que vivo cuando no estás. Es por calmar sentimientos y poderlos enterrar. No me temas Juan- decía Yo- no es mera curiosidad. No te enfades, no te ofusques…igual, sólo es, que no quieres jugar más.

Y Juan no sabe replicar: - No lo sé Yo…No te puedo contestar. Este miedo que te tengo es algo irracional...No te puedo despedir, rechazar, responder o dejar de temer. Mi miedo a ti y tus sentimientos no los puedo controlar. Haz lo que quieras Yo, conmigo no puedes contar.

Y Yo encontró la solución: - Juan lo que siento me llega al alma, y no te quiero agobiar… (Te quiero, te quiero)- no paraba de pensar – esto es muy fácil, yo me voy a retirar. Me marcho de tu lado porque ya no puedo aguantar más. No habrá así más cuestiones que no puedas contestar.

- No hay agobios.
- No hay vergüenzas.
- No hay temores nunca más...
- Adiós Juan.

miércoles, 29 de abril de 2009

En la planta de salud mental.

Se habían equivocado con mis horarios y llegué tarde a planta. Sobre las diez comuniqué mi entrada a la enfermera jefe y me inicié con la ronda a los pacientes.
Caminaba por el pasillo, cuando la vi acercándose hacia mí arrastrando los pies que calzaban unas pantuflas desgastadas (supongo por un gran proceso de fricción continua contra el suelo) de color rosa. No combinaban con su batín azul cielo que llevaba bien atado, cubriendo un pijama que se dejaba entrever entre las solapas. Se arrastraba cansinamente pero decidida, y cuando estuvo a mi altura me miró y con su mano derecha se cogió el labio, mostrándome la zona interior del mismo.
- ¿Ves esto?- me dijo con el labio abierto hacia fuera- ¡estoy quemada!, ¡me voy a morir!-yo necesité unos segundos para valorar si ciertamente había escuchado bien, pero ella continuó.
- Y ahora lo que voy a hacer es tirarme por el balcón de aquella habitación…- Perplejo no supe qué decir. Ella sin embargo, siguió su camino hacia el final del pasillo.
Fui rápidamente a la enfermera jefe para comunicar aquel intento de suicidio, sin quitarle ojo de encima a la susodicha, que pasaba justo en ese momento por el control de planta. La enfermera se dirigió a mí muerta de la risa…
- Esa es Dora, Aarón-entre risas, como he dicho- si cada vez que se va a tirar le hubiéramos hecho caso, el servicio de emergencia tendría que ponerle un guarda personal y exclusivo para ella solita. No te preocupes y haz la ronda.
Hice mi trabajo ese día, y al siguiente, efectivamente, cuando llegué a planta, Dora me saludó:
- ¿Ves esto?, estoy quemada, ¡me voy a morir!

viernes, 24 de abril de 2009

Sube al cielo...(Cuando Cupido tiene miedo).

¡Que no!, ¡me niego!... ¡se acabó!, que no quiero amarte, desearte, verte y perderte, anhelarte y esperarte. Me caí y volví al punto alto…y ¡NO!, abajo no vuelvo. Sube tu, que aquí te espero, porque no digo ADIOS, sabes que no puedo amor. Yo soy así…
Vente a jugar conmigo, tráeme tus suspiros que apagaré con besos de sabor. Abre tu mano para que mis dedos la recorran y juguemos a hacer círculos interminables. Bríndame ese amanecer que merecemos… ¡cobarde!, no te atreves… ¡te reto!, sube hasta el final de mí.
Recorre mis tobillos partidos y recuperados, llega hasta mis rodillas, sustentos de mis alas y colócate entre mis muslos…suavemente….
Sube hasta mi ombligo…que es sólo mío, y llega hasta mis pechos para adorarlos. Y finalmente alcanza con tu lengua la mía, que se pierdan entre el mar de nuestra saliva…saborearnos, lamernos, succionarnos...
Y que con besos cerremos nuestras miradas para descansar del camino que recorreremos en esa noche de deseos.
Sube hasta aquí amor, yo te espero, porque más abajo no vuelvo, porque en aquel infierno no te encuentro y me pierdo.

martes, 21 de abril de 2009

Mi amor ciego (Psique).

Nunca susurrarás mi nombre a las mariposas blancas, ni pedirás a un diente de león que te traiga mis besos. No deshojarás una margarita preguntándole si te quiero, ni besarás sus pétalos para que con el viento me susurren tu mensaje de amor.
A las lágrimas de San Lorenzo, donde los deseos se multiplican por cientos de estrellas, no dedicarás una para anhelarme, ni saludarás el paso de las nubes pensando que me han visto a mí también desde su finitud. La lluvia no esconderá tus lágrimas por mí, ni el Sol las secará. No tirarás piedras a la Luna, envidioso, y loco de atar, porque sólo ella puede compartir todas mis noches.
Tu pensamiento no jugará contigo para hacerte recordarme ya que tu memoria es mi peor enemiga. Ni siquiera tus ojos al verme podrán reconocerme, porque incluso leyendo ellos estas líneas, no saben que te las dedico a ti.
Y a tu mente acudirá otra…nunca yo.

martes, 14 de abril de 2009

Muerte literal.

Hoy no tengo nada que escribir, nada que contar, nada que decir. Estoy en blanco, en muerte literal o coma cerebral…como lo quieras llamar.
Las palabras, personajes, cuentos e historias, situaciones ficticias o de memoria, se han confabulado para convertirse en un jinete alado que ha escapado con velocidad perentoria.
Así que me enfrento a líneas sin argumento, fondo o contexto, y lo único que hago es teclear el vacío de un texto sin fundamento, que para más ironía me sale con armonía.
Termino este espacio frustrada, hundida y cansada tras intentar atrapar con el mosquitero al jinete alado que zumba en mi oído mofándose de mi ingenio malogrado.

lunes, 6 de abril de 2009

Esperando a Brosnan.

Apareció con la cara cubierta de máscara para pestañas, así que con cariño la dirigí hacia el cuarto de baño donde la ayudé a lavarse. Mi curiosidad me llevó a preguntarle y esta fue su historia:
Se llamaba Margarita, vivía sola en un residencial cercano. La pasada tarde había quedado con Pierce Brosnan y ante la emoción de la cita, se preparó con mimo.
Rescató su vestido más colorido de las fauces de su viejo armario, perfumó levemente su cuerpo con lavanda y maquilló su anciano rostro para mejorar su aspecto. Y se sentó.
Esperó durante horas frente a la mesa de su cocina, con un paquete de galletas y un vasito de leche para aquel invitado que nunca llegó.
Y así se presentó, resentida, en la consulta de salud mental aquella mañana. Con la cara como un pincel, el batín de estar por casa y un pañuelo multicolor alrededor de su cuello.
Era mi primer día como enfermero en la planta. No llevaba más de media hora…aquel trabajo iba a ser toda una experiencia.

martes, 31 de marzo de 2009

Es por la noche.

Es por la noche cuando más pienso en ti. Cuando la cama se ahueca para envolverme y el edredón me arropa. Cuando mi almohada pone la oreja para escuchar mi historia contigo y de la que dejamos constancia sobre el cuaderno que vive en mi mesilla. Cuando mi perro se acuesta a mi lado y con su hocico intenta secar mis lágrimas.
Es por la noche cuando más pienso en ti, cuando más te quiero, más te deseo, más te anhelo y más te odio…porque no me dejas dormir.

martes, 24 de marzo de 2009

La primavera de los sentidos.

Algún día rozarás mis labios. Sentirás como me dejo mecer alrededor de tu cuello y mi sabor penetrará en ti…despacio.
Estrecharás intensamente y firme, tu cuerpo al mío, y a medida que la temperatura suba, tu ansia no saciarás sólo con eso.
La piel florecerá en la estación del deseo, y descubrirás todo lo que el invierno de tu razón te ocultaba.
Disfrutarás.
Y en esa primavera de los sentidos permaneceremos…algún día.

martes, 17 de marzo de 2009

El beso interior.

Como una locomotora, como un avión que rompe la barrera del sonido, como un tren de alta velocidad, como una nave aeroespacial que corta las capas terrestres para alcanzar el universo…así de veloz fue aquel beso que me dio.
- ¿Lo ves?- le dije con una sonrisa triunfante en mi cara- la Tierra no ha implosionado, la Luna no ha caído, las estrellas no han colisionado entre sí, el Sol no se ha fundido; la gente no salta al vernos y los niños no nos señalan; los perros no aúllan desde sus balcones y los edificios siguen en pie en sus calles tranquilas. No pienses tanto... y bésame otra vez…
No le dije, claro, que todo lo contrario pasaba en mi interior, acompañado de una música atronadoramente bella.

martes, 10 de marzo de 2009

Palpitante.

Salvo quizás, por esa casi imperceptible gota de sangre seca que se confundía con el resto de los colores, la obra era perfecta. Así que decidido, colocó el lienzo junto a los demás para la exposición. ¿Quién notaría un punto insignificante?
Él mismo se encargó del traslado. No permitía a nadie, ni a su propio marchante, absorber su trabajo antes de ser expuesto…en eso consistía su fama…era puro espectáculo, todo un acontecimiento.
Las puertas se abrieron a las ocho de la tarde, el primero en entrar fue el comisario encargado de la galería, seguido de las diferentes personalidades…alcalde, concejal y demás entidades culturales quedaron paralizadas ante el lienzo.
Desde una esquina sonreía satisfecho de su creación…su estado psicótico era de un grado inmensurable…la gente lloraba, vomitaba, gritaba…y es que suspendido al lienzo se mostraba una cabeza mutilada, sin cuerpo…como una gota macabra y sangrienta maquillada de diferentes colores.

martes, 3 de marzo de 2009

Tatoo.

Mejor el dragón que mamá. Había sopesado las dos variantes: amor de madre o mito viril…no dudé.
Era un dragón enorme con sus alas desplegadas, su enorme cola de reptil saurio y esa mandíbula acolmillada…me iba a enfrentar al reto. Tardaría varios días en acabar con él, pero merecería la pena. Así que aquella misma tarde me dirigí al salón de tatuajes y señalé al dibujante mi elección. - ¿Y dónde quieres el animalito?- preguntó.
Mostré mi brazo enclenque y sin rayos uva. Él, su arsenal de agujas. Suficiente para pensar en mamá y abatir el mito…
Y es que su nombre ocupaba menos.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Sentimento.

Luchaba contra las palabras que se apelotonaban por escapar de mi boca. Apreté entonces los labios para que por lo menos, mi orgullo, no se hiriera al escupirlas. Y el alcohol es mal amigo y la fiesta su compañera, así que intenté entretener mi paso entre notas musicales.
Pero mis ojos no pueden mentir…y siempre acababan chocando contra los suyos. Y mi corazón, ¡Boom! Explotaba…y esa tonta sonrisa que no me abandona cuando la miro…preciosa envuelta en plumas…perfecta sobre el tacón. Perdona mi indecisión…
¡Cómo explicar, sin herirte, que te deseo!, ¡que sueño con probar tus labios y tus pechos firmes!, ¡que mis brazos rodeen tu cintura y en un juego de figuras no puedas desengancharte! Mujer…no puedo explicarte…
Soy un payaso triste, que como el león de Oz, no sabe encontrar valor.

domingo, 22 de febrero de 2009

Sin importar...

Con meditación y dolor inició el vuelo. Las alas empezaron a batir, incluso antes de que ella pensara tan siquiera en abandonar…era extraña su autosuficiencia. Su poder evasor. Y el silencio ante la huida ya tan próxima, retumbaba en su conciencia.
Y quiere viajar…no abandonará…sin importar, luego echarse de menos.

lunes, 16 de febrero de 2009

En el camino. Punto y seguido.

No tengo esa capacidad, no para el punto y aparte…y sigo.
No guardo rencor, no almaceno, no acumulo. Punto.
En este estado pausado me mantengo, alerta y en pie, expectante, a tus movimientos que me pierden y que nublan el camino cada vez más, empañando mis ojos. ¿Acaso me escuchas?
Es tan fácil elucubrar sobre tus razones inconfesas que pasean en la espera. Punto y seguido.
Espero tu paso y reanudo mi andar. Punto.
No hay mapa, no hay camino. Persisto y sigo…punto y seguido.
Mis alas de mariposa, quemadas, se auto regeneran y como el fénix, nacen de sus cenizas transformadas.
En el sendero hay camino, en el trayecto los puntos que aparto. Punto y seguido.
Y sigo, te sigo.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Al otro lado.

Sentada. Mantenía las piernas unidas y ladeadas, en una postura decorosa e inalterable. El torso, erguido, para que su rostro recibiera agradecido los rayos de sol. Entrelazaba sus manos bajo el pecho, que aferraban un bolsito negro acomodado a su cuerpo. Vestía un traje sin vida, que se perdía en el graffiti del banco sobre el que descansaba. Anacrónica. Invisible.
La juventud, que había salido corriendo un día, se mofaba de ella a través de las palabras de los niños, o de la miradas compasivas de los adultos. Su dignidad se tambaleaba sobre un borde muy fino. Era un esfuerzo mantenerla en equilibrio, lo conseguía a través de su carácter disciplinado.
La vida jugó con ella, pero nunca se aferró a un rosario ni a una oración ante los problemas. Su fe murió con sus hijos, con su amor. Con la edad se había autoafirmado en sus convicciones. Dios no existía.
Así que allí se encontraba, como cada domingo. Observando la vida y esperando la muerte. Nadie con quien hablar, nadie con quien compartir. La mirada perdida, siempre ausente. Lo que ante ella acontecía se desarrollaba en blanco y negro, como en una película antigua. En otra época, en la que desde aquel banco, asida a la mano de su marido, veía a sus hijos jugar. Crecer.
- ¡Cuidado Martín!- gritó- lo cual hizo que la gente volviera a mirarla de aquella forma.
- ¿Se encuentra Ud. bien?- le preguntó un caballero. Sin respuesta y avergonzada, emprendió el camino a casa, perdida, hasta que reconoció la estatua del ángel que daba inicio a su calle.
Lo había conseguido. Cada vez, era más difícil recordar… ¿Cuánto llevaba dando vueltas? Al llegar a casa, llamaría por teléfono al servicio de información…ellos siempre contestan.
- Hola mi niña, ¿qué hora es?

sábado, 7 de febrero de 2009

Se fue un día.

La veo…al entrar por la enorme puerta…pasando el patio de sus flores…en su silla…junto a su columna…en su continua espera…
La veo…en su cocina de puerta verde…que guarda la taza metálica más memorable…de donde todos bebimos el agua más saciante…donde se preparaba el café más dulce…
La veo…sentada…con esa expresión mitad sonrisa…mitad tristeza…con sus manos entrelazadas bajo su pecho…con sus dedos juguetones creando círculos sin fin… los años pesan…siempre fue abuela…
La veo…con su pelo…rizado…siempre gris…sus arrugas…siempre anciana…sus enormes gafas…sus trajes…siempre de color…sus medias…su religiosidad…atada a un rosario…su voz…orante…susurrante…dedicada…devota…
No pude despedirme…no pude…más que esperar por sus recuerdos…más que esperar porque volvieran con ternura…y así retenerla para siempre…como una fotografía…ya es recuerdo…permanencias de mi memoria…de mi palabra…
No quise despedirme…no quise…y te esperé con el sol para saludar tu paso cansino y triste hacia el altar…
Pero no lo veo…

lunes, 2 de febrero de 2009

Desde el final.

Desde el final no hay comienzo. Nada empieza, sólo acaba.
Desde tu habitación oscura, llena de fantasmas invisibles, no puedes salir a mi jardín…a jugar. Y la decepción empaña las ventanas de mi coche, que se despiden de tu imagen esquiva a mi tímido contacto. Y ruedan las ruedas de mis redondas lágrimas, secas, porque no llegan a ninguna parte. Se pierden el deseo, la ilusión…el juego, por la calle del engaño. El mapa de mis pies retomará el camino de una nueva esperanza y el viento borrará los saltos que di para alcanzar tu ventana. Mis alas, quemadas por el esfuerzo, se deshicieron entre las dudas.
No hay más.
No hay inicio, sólo conclusión.
No hay tela sin entramado.
No hay dibujo sin un trazo.
No hay intención sin valor.
No hay nada…no hay amor.

lunes, 26 de enero de 2009

Sonido acoplado.

Llevabas muerta cinco días cuando me pareció verte cruzar la calle. Ibas deprisa, pero reconocería en cualquier parte aquel abrigo hecho de retales coloridos. Me quedé paralizado, como las estatuas de caballos en las plazas, ¿detenidos o al trote? Fui impulsivo…salí corriendo para que mis ojos confirmaran la realidad incierta de tu imagen esquiva…que mis manos tocaran la suavidad de tu piel convertida en mármol. Ya casi te alcanzaba. Estiré un poco mi brazo y toqué entonces tu hombro, te giraste, sonreíste y entre tus manos asiste las mías…el claxon del coche que me atropelló, sin embargo, no me permitía escuchar tu voz.