viernes, 16 de noviembre de 2012

Los locos de amor.


El mundo es de los valientes, pensaba boca arriba agarrada a la almohada como un salvavidas, observando el techo pero sin apreciarlo. Buscando soluciones imposibles sobre una capa de pintura blanca al gotelé que, a modo de pantalla cinematográfica, recibía todas las ideas que se le ocurrían y las iba exponiendo invisibles. Sólo para sus ojos.
El mundo es de los locos…de los locos de amor, si, esos están incluidos. De los que desean saber cómo y cuándo, por qué, para qué, como qué…y sobretodo de quién…con quién… ¿tu me mi conmigo?
Los locos de amor no ven corazones, el corazón les palpita tan fuerte que tienen que agarrarse el pecho para que no escape. Sonríen a destiempo y sin sentido porque recuerdan el objeto de su amor incluso en el devenir de las nubes…y sobretodo en el ulular del viento, porque el viento es otro loco. Y cuando lo tienen delante…el mundo se para y a veces las palabras no salen y de fondo…hay música. Una melodía que compone tu cuerpo que se dedica a danzar desconociendo los pasos. Y en el silencio, en la solitud…extrañan, porque hubieran deseado simplemente estar.
Y si, ella era una loca, que de madrugada agarró con una mano fuertemente su pecho, para poder escribir con la otra de su corazón.