
Se llamaba Margarita, vivía sola en un residencial cercano. La pasada tarde había quedado con Pierce Brosnan y ante la emoción de la cita, se preparó con mimo.
Rescató su vestido más colorido de las fauces de su viejo armario, perfumó levemente su cuerpo con lavanda y maquilló su anciano rostro para mejorar su aspecto. Y se sentó.
Esperó durante horas frente a la mesa de su cocina, con un paquete de galletas y un vasito de leche para aquel invitado que nunca llegó.
Y así se presentó, resentida, en la consulta de salud mental aquella mañana. Con la cara como un pincel, el batín de estar por casa y un pañuelo multicolor alrededor de su cuello.
Era mi primer día como enfermero en la planta. No llevaba más de media hora…aquel trabajo iba a ser toda una experiencia.
9 comentarios:
Para mi hermano...gracias por tus experiencias Aarón.
Besitos.
Real como la vida misma.Me gusta
Gracias Omita...cierta parte es real.
Saluditos.
Ooooo que triste. Bien relatado me da hasta penita. Besos
Gracias Antonio.
BSS
Ese enfermero debería contarnos más historias en el futuro.
Jeje!!Lo hará...gracias por pasarte por aquí.
Saludos.
Estas historias que están basadas en hechos reales me fascinan. Esta en especial me ha emocionado. Saludas.
Gracias Ismed!pasate cuando quieras porque habrá más...jeje.
Saludos
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