lunes, 9 de abril de 2018

Mi hijo.


El hijo que nunca tuve nació una mañana soleada de Primavera. Se posó sobre mi pecho como un pajarito e improvisó la melodía más hermosa para hacerme eternamente feliz.

El hijo que nunca tuve creció curioso. Me preguntaba el por qué de la risa, o el por qué de las nubes, el por qué de la Magia, o el por qué de la lluvia...y fascinado me  escuchaba contarle como las nubes son suspiros que han escapado mágicamente de la sonrisa de un unicornio, que al quedarse sin golosinas, llora desconsolado...

El hijo que nunca tuve se enfadó y lamentó, tuvo una adolescencia dura y maduró en su camino, como lo hicieron los hijos de otros, pero este es mi hijo, el que nunca tuve, y yo fui una madre orgullosa en sus errores y en sus victorias.

El hijo que nunca tuve decidió su camino en la vida y la unió a la hija o al hijo de otro, y me hizo abuela y fui la mujer más feliz de la tierra por segunda vez...desde aquella Primavera en la que descubrí su rostro.

El hijo que nunca tuve, un día se despidió de mí, porque la vida es así...sucede, y yo me tuve que ir para seguir soñando...con el hijo que nunca tuve.

Ilustración: Pascal Campion.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito y triste a la vez.
Si quieres puedes cuidar de mi.
Willy

Isabel de León dijo...

Siempre cuidaré de tí...si me dejas...jeje

Anónimo dijo...

Precioso y triste! Q alegría volverte a leer. Tu admirador secreto. Leopoldo.

Isabel de León dijo...

Gracias por pasar Leopoldo...siempre un placer!!

Desinflada dijo...

Qué precioso!! Gracias por compartirlo!!

Isabel de León dijo...

Gracias a tí por pasar Desinflada...