miércoles, 7 de enero de 2009

Para cuando no estés.

Para cuando no estés,
para cuando te vayas…
Para cuando yo, sea sólo, un recuerdo pasajero de tu memoria traidora que no me respeta.
Para cuando te recuerde.
Para cuando quiera verte y no pueda.
Para cuando mi piel rememore vívidamente mi fugaz contacto con la tuya.
Para cuando mi coche extrañe tu calle.
Para cuando no pueda observarte en silencio.
Para cuando me sienta aún más cobarde.
Más hundida.
Más
sola.
Más…sin ti.
Recordaré mis momentos contigo.

Tu sonrisa triste.
Tus ojos en el mar.
Tu cabello firme pero sufrido.
Tus lunares tal cual los míos.
Tus dedos marcados por la inquietud.
Tu fragmento insensible.
Tu gesto pensante.

Mi concentración enamorada.
Mis ojos expectantes ante tus labios.
Mis ansias por oír tu voz.
Mi placer al escucharte.
Mi risa nerviosa.
Las declaraciones silenciosas.
La timidez inoportuna.

Nuestros besos efímeros.
Los abrazos sonoros.
Nuestras conversaciones ociosas.
Las pantallas compartidas.
Tu cuerpo escondido. El mío emocionado.

Y esa afligida alegría que acompaña a tu persona.
Esa capa densa del artista que te envuelve y que tanto admiro. En la que embeleso a mis sentidos.
Sin
sentido.

El azar no puede ser tan inconstante.
Ni el destino tan inseguro.
Mi corazón tan equívoco y mi seguridad tan incierta.

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