miércoles, 25 de febrero de 2009

Sentimento.

Luchaba contra las palabras que se apelotonaban por escapar de mi boca. Apreté entonces los labios para que por lo menos, mi orgullo, no se hiriera al escupirlas. Y el alcohol es mal amigo y la fiesta su compañera, así que intenté entretener mi paso entre notas musicales.
Pero mis ojos no pueden mentir…y siempre acababan chocando contra los suyos. Y mi corazón, ¡Boom! Explotaba…y esa tonta sonrisa que no me abandona cuando la miro…preciosa envuelta en plumas…perfecta sobre el tacón. Perdona mi indecisión…
¡Cómo explicar, sin herirte, que te deseo!, ¡que sueño con probar tus labios y tus pechos firmes!, ¡que mis brazos rodeen tu cintura y en un juego de figuras no puedas desengancharte! Mujer…no puedo explicarte…
Soy un payaso triste, que como el león de Oz, no sabe encontrar valor.

2 comentarios:

CoCo dijo...

Tal vez ese payaso triste prefiere maquillar su pena con pinceladas de esperanza, sabedor de que solo en sus ilusiones ella acabaría entre sus brazos.

Me encantó ese "cómo explicar sin herirte" y eché en falta un "sin que tu respuesta me hiera"

Muy bonito, chica escritora!!

Isabel de León dijo...

Ese payaso triste esperaba otra cosa...pero no la ilusion d q ella acabara en sus brazos...
M alegre q t gustara...

Saludos.