
Le respondía arrítmicamente, pum…pum…pupum…y es que cinco segundos son muchos sin pestañear.
Entre sus palabras se transformó en color, porque movía el arte…y también en amor, que siempre es incógnita cuando no hay valor.
Y entre las almohadas, sigue soñando con besos…
1 comentario:
Ya veo que por fín te has decidido a abrir un blog y veo que lo has hecho con pequeños relatos. Me gusta tu estilo. Tienes garra y estilo sigue así...en el camino...
;-)
Publicar un comentario