
En ocasiones, cada vez menos, tenía esos momentos de lucidez.
- Y esa que está a mi lado se llamaba…- hubo un breve silencio mientras su memoria luchaba contra la enfermedad que intentaba eliminarla.
- Se llamaba Lucía, si. Fue mi primer amor, mi primer beso…- dijo alzando su cabeza y cerrando sus ojos. Supongo que evocaba el momento…
- ¿Y dónde está hecha la foto abuelo?, no parece el patio de un colegio...
Cuando me miró, el recuerdo ya no estaba. Y mi abuelo tampoco.
4 comentarios:
Bufff... qué dolorosamente hermoso. Has conseguido resumir en unas pocas líneas, con gran ternura, el dolor que se siente por el padecer ajeno del olvido.
Me ha emocionado.
Gracias.
Yo no podria vivir sin mi BENDITA memoria...podrias imaginartelo???
Saludos.
A esa edad cuando ya todo lo has vivido, lo mas triste sería no recordar qué.
Solo le pedirías a la vida que te diera un flashback de recuerdo y poder soltar una sonrisa.
Creo que perder tus recuerdos es morir un poco, o mucho, dependiendo de lo importante que sean.
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