domingo, 9 de noviembre de 2008

Al terror nocturno

Mientras no crea en mí.
Mientras ella duerma tranquila…la observaré…vigilaré cada uno de sus movimientos desde la oscuridad…y no me verá desde su luz…porque es mi mayor enemiga.
Mientras ella no crea en mí…tendré poder…estará entonces a mi merced.
Y una de estas noches asomarán a mi centenario rostro las ansias…mis ojos hipnóticos la harán estremecer…tal vez de dolor…tal vez de placer.
La asiré entre mis brazos y con ellos haré un nudo que la ate a mi cuerpo…notaré palpitar…acelerado…su corazón…y sentiré…su sangre…correr nerviosa por sus venas.
Su cuerpo reaccionará ante el peligro…pero se dejará llevar por la voluptuosidad del momento…y acabará deseando que mi veneno mortalmente vívido la posea.
Y mi último deseo será acariciar con mi aliento su dulce cuello…antes de que a golpe de mandíbula y colmillo la haga mía para siempre…

3 comentarios:

CoCo dijo...

El vampiro/vampira... siempre bordeando la frontera del dolor y el placer, del miedo y del deseo.

Posiblemente sea eso, y no la sangre, lo que les hace inmortales frente a la memoria colectiva.

Me gustó el relato :)

Isabel de León dijo...

Este es de mis preferidos...m alegra q t guste...

Saluditos;)

CoCo dijo...

No es que me guste, es que me encanta!!!