sábado, 22 de noviembre de 2008

la pesadilla de la realidad

- Entonces, ¿cómo podemos saber que esto no es un sueño?- decía Ana.
- Pues despertando- contestó Eduardo.
- ¿Y si no quiero despertar?, si quiero permanecer eternamente aquí contigo, ¿qué tengo que hacer para evitar la separación?
- Ana, no puedes vivir eternamente en un sueño.
Y despertó…
En esa realidad, su cuerpo respondía dolorido. Las lágrimas cayeron por su rostro al recordar ese ideal en el que su cuerpo vivía, su corazón palpitaba y el amor era posible junto a él. Donde nunca existió un conductor, un coche, una curva y un accidente.
- ¿La vida es sueño?- pensó - ¡Y una mierda Calderón!

No hay comentarios: