
En esta eternidad que me ha tocado sufrir, pocos amaneceres me han excitado. Vidas huecas que ni siquiera me han sentido llegar. Soy mitad…
Y tus lágrimas no te ayudarán, no te liberarán.
Escucha por última vez la vida que te recorre. Siente a través de tu piel el cuerpo que ya casi es mío.
La memoria que te da vida desnudaré…y nunca más serás. Sólo apagado capricho de mí recuerdo.
Me anudaré a tu garganta y ensordeceré tu llanto, para que el viento sólo arrastre la agonía de tu mutismo. Yo seré tu último beso…y después…oscuridad.
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